En diferentes lugares del mundo se encuentran diferentes advocaciones marianas,
a las cuales las personas les tienen muchísima devoción y fe,
que les permiten tener diferentes momentos o experimentar diferentes sensaciones,
al comunicarse con estas advocaciones milagrosas que han tenido y ganado reconocimiento,
en diferentes lugares del mundo gracias a los milagros que ha hecho la Virgen de Fátima.
Historia y origen de la Virgen de Fátima
La Virgen de Fátima también es conocida como Nuestra Señora del Rosario de Fátima y la misma se trata de una reconocida advocación que se ve mayormente en el catolicismo. La Virgen de Fátima tiene su origen según los testimonios de tres pastores como lo eran Lucia dos Santos, Jacinta y Francisco Marto, quienes fueron las personas que afirmaron haber visto diferentes y variadas apariciones de esta virgen en Portugal, lo que paso entre las fechas del 13 de mayo y el 13 de octubre del año 1917 y desde entonces la devoción a esta maravillosa virgen se fue extendiendo a lo largo y ancho del mundo.
Las apariciones de esta virgen se presentaron en diferentes periodos, puesto que en el año 1916, Lucia dos Santos, Jacinta y Francisco Marto eran aun unos niños y pastores que tendrían entre 6 y 9 años. En la primavera del año 1916 estos pastorcitos presenciaron la primera aparición, en la que ellos se encontraban pastoreando sus ovejas y ante ellos apareció el “Ángel de Portugal” o el “Ángel de la Paz”, quien a según les había enseñado a rezar y a pedir la conversión de sus pecados, así como la adoración a Dios, pero la aparición de este ángel al parecer era parte de la preparación para las visitas de la Virgen de Fátima.
Virgen de Fátima historia
Posteriormente el domingo 13 de mayo del año 1917, estos tres niños se encontraban nuevamente pastoreando sus ovejas cuando de repente les apareció una mujer que según sus argumentos era “Mas brillante que el sol”, esta mujer se encontraba vestida de blanco y disponía de un hermoso manto con bordes dorados y un rosario que sostenía en sus manos. Cuando esta mujer apareció ante ellos, les pidió que retornaran ese mismo día y a la misma hora durante un tiempo de cinco meses seguidos, aconsejándoles que rezaran el rosario.
Virgen de Fátima origen
Al escuchar esto, los niños corrieron al pueblo contando a todos lo que les había sucedido, aunque algunos vecinos, entre ellos los padres de Lucia, no creyeron en la historia de estos niños, mientras que los padres de Jacinta y de Francisco si creyeron en sus hijos. Posteriormente los niños continuaban viendo a esta virgen, aunque desgraciadamente Jacinta y Francisco fallecieron por la gripe española.
La ultima aparición de la virgen la pudo presenciar solamente Lucia el día 13 de octubre del año 1917 y fue entonces donde tuvo lugar el “Milagro del Sol”, el cual pudieron presenciar 70.000 personas y fue una aparición en la cual la Virgen de Fátima recalcó la importancia de rezar el Rosario Santo en objetivo a la conversión de los pecados del mundo.
Oración a la Virgen de Fátima
Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños;
yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros:
Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor,
os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva,
inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos,
y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor;
por mis hermanos, familiares y amigos,
para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo;
por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos,
y un día conseguir la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria
Oh Madre mía, sé que escucharás,
y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida,
pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.
¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!