Dios nos da todos los días de nuestra vida, muchas oportunidades para arrepentirnos del pecado y seguir su camino. El no se cansa, siempre está atento y dispuesto a ayudarnos, es hora de poner de nuestra parte, no esperemos a estar en un peligro mortal, para acordarnos de Dios y su infinito amor por nosotros.
Esta estación del Vía crucis, nos llama a la reflexión, así como un ladrón recibió su perdón en el momento de su muerte, su arrepentimiento fue tan grande, que Jesús no dudo ni por un momento de cumplir con la promesa del Reino Eterno para los justos, un reino que espera por todos nosotros, busquemos el reino de los cielos, es un tesoro valioso, espiritual y único.
A continuación la Decimoprimera Estación del Vía crucis: Jesús promete su Reino al buen ladrón:
V- Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos,
R- Que por tu Santa Cruz, redimiste al mundo.
Consideración:
“El otro que estaba al otro lado le increpaba diciendo: ¿No le temes entonces a tú Dios, sufriendo este mismo suplicio? Nosotros en cambio estamos recibiendo el pago por lo que hicimos, pero tú, no has fallado en nada”, le dijo entonces. “Jesús, acuérdate de mí cuanto te encuentres en el paraíso”, Jesús le contestó: “hoy te aseguro que estarás conmigo él mi paraíso” (Lc.23, 29-43).
A ti ¡Oh mi amado y buen Jesús!,
Te pedimos que nos perdones,
Así como perdonaste al ladrón bueno,
Y sin reparo,
Te conmoviste con su confesión,
Tu perdón es el regalo,
Que hoy queremos recibir,
Ayúdanos a alcanzar la Gloria Eterna,
Amén.
En este día del Vía crucis, rezar un Credo, reconociendo el amor de nuestro Padre y pidiendo por todos nuestros familiares para que se acerquen a su camino.