La devoción para realizar el Santo Vía crucis, no debe ser otra sino buscar nuestro perdón y con la intención de cambiar definitivamente, donde tengamos una fe verdadera y constante, no una fe tibia que es flexible y oportunista.
Sumerjamonos en cada herida de Jesús, en cada gota de su sangre, en cada dolor y en cada llaga, que experimentemos por tan solo un segundo, ese dolor físico y su agonía espiritual, donde sabiendo que unos hombres lo estaban torturando, por el perdón de esos mismos que le estaban causando tanto daño, estaban entregando el su vida. Una vida que nos da la oportunidad de buscar la santidad. No podemos hacer menos, después de tanto padecimiento que Jesús tuvo por nosotros.
A continuación la Séptima Estación del Vía Crucis: Jesús cae por segunda vez:
V- Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos,
R- Que por tu Santa Cruz, redimiste al mundo.
Consideración:
Y cae por segunda vez Jesús debajo de la Cruz, una caída que renueva nuevamente su dolor, el dolor de cada herida que tiene en su cabeza, el infinito dolor que siente en cada parte de su cuerpo, no hay ningún lugar de él, que se encuentre sano, todo absolutamente le duele.
Con vergüenza infinita,
Hoy vengo ante ti mi buen Jesús,
Todo lo que tuviste que padecer por mí,
Todo lo que entregaste por mí,
Me amas desde antes que yo naciera,
Me has dado todo,
Y yo indolente vuelvo a ocasionar daño con mi proceder,
Perdón, perdón, piedad Señor,
Te lo ruego infinitamente.
Amén.
Jesús nos ama, nos lo da todo, recemos con fervorosas palabras el Padre Nuestro, sintamos cada palabra que digamos y desmenucemos esta hermosa oración, en agradecimiento infinito por tantos favores que de él recibimos.