¿Cuál es el salmo 104?
1 Bendice al Señor, alma mía:
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
Estás vestido de esplendor y majestad
2 y te envuelves con un manto de luz.
Tú extendiste el cielo como un toldo
3 y construiste tu mansión sobre las aguas.
Las nubes te sirven de carruaje
y avanzas en alas del viento.
4 Usas como mensajeros a los vientos,
y a los relámpagos, como ministros.
5 Afirmaste la tierra sobre sus cimientos:
¡no se moverá jamás!
6 El océano la cubría como un manto,
las aguas tapaban las montañas;
7 pero tú las amenazaste y huyeron,
escaparon ante el fragor del trueno.
8 Subieron a las montañas,
bajaron por los valles,
hasta el lugar que les habías señalado:
9 les fijaste un límite que no pasarán,
ya no volverán a cubrir la tierra.
10 Haces brotar fuentes en los valles,
y corren sus aguas por las quebradas.
11 Allí beben los animales del campo,
los asnos salvajes apagan su sed.
12 Las aves del cielo habitan junto a ellas
y hacen oír su canto entre las ramas.
13 Desde lo alto riegas las montañas,
y la tierra se sacia con el fruto de tus obras.
14 Haces brotar la hierba para el ganado
y las plantas que el hombre cultiva,
para sacar de la tierra el pan
15 y el vino que alegra el corazón del hombre,
para que él haga brillar su rostro con el aceite
y el pan reconforte su corazón.
16 Se llenan de savia los árboles del Señor,
los cedros del Líbano que él plantó;
17 allí ponen su nido los pájaros,
la cigüeña tiene su casa en los abetos;
18 los altos peñascos son para las cabras,
y en las rocas se refugian los erizos.
19 Hiciste la luna para medir el tiempo,
señalaste el sol el momento de su ocaso;
20 mandas la oscuridad, y cae la noche:
entonces rondan las fieras de la selva
21 y los cachorros rugen por la presa,
pidiendo a Dios su alimento.
22 Haces brillar el sol y se retiran,
van a echarse en sus guardias:
23 entonces sale el hombre a trabajar,
a cumplir su jornada hasta la tarde.
24 ¡Qué variadas son tus obras, Señor!
¡Todo lo hiciste con sabiduría,
la tierra está llena de tus criaturas!
25 Allí está el mar, grande y dilatado,
donde se agitan, en número incontable,
animales grandes y pequeños.
26 Por él transitan las naves, y ese Leviatán
que tú formaste para jugar con él
27 Todos esperan de ti
que les des la comida a su tiempo:
28 se la das, y ellos la recogen;
abres tu mano, y quedan saciados.
29 Si escondes tu rostro, se espantan;
si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo.
30 Si envías tu aliento, son creados,
y renuevas la superficie de la tierra.
31 ¡Gloria al Señor para siempre,
alégrese el Señor por sus obras!
32 El mira, y la tierra se estremece;
toca las montañas, y echan humo.
33 Cantaré al Señor toda mi vida;
mientras yo exista, celebraré a mi Dios:
34 que mi canto le sea agradable,
y yo me alegraré en el Señor.
35 Que los pecadores desaparezcan de la tierra
y los malvados ya no existan más.
¡Bendice al Señor, alma mía!
¡Aleluya!
Dios cuida de su creación
El salmo 104 es un himno de alabanza a Dios y a todo lo que existe en el universo, especialmente a la naturaleza y sus maravillas. Es poema sensible, de carácter lírico y religioso, abarca al reino vegetal, animal, como si fuese un tema que te lleva de viaje a todas las creaciones esplendidas que nuestro Señor ha hecho para disfrutar de la tierra y su alrededor. De él se puede aprender pues es una composición de lección teodicea, en el que se estudia y encuentra la profundidad de los seres bajo la providencia divina. Es como un comentario poético que se inspiró en el primer libro, Génesis, el mundo mudo a favor de uno que vive, que se mueve, que grita, que es humano; y este en reciprocidad le sirve al creador de todo.
En esta obra es que su poder es increíble, es muy grande y deslumbrante, expresa en su máximo esplendor su bondad. Hace que todo sea maravilloso, la naturaleza y los hombres, porque todo es espejo de su sabiduría inalcanzable. Luego de crear el universo, dio paso a la vida y esta no para aunque se termine siempre regresa gracias a su soplo (su aliento) que se conserva. Todo está sellado con lo que es su orden, belleza, piedad y equilibrio. Lo único que acaba con la armonía es el pecado, porque es rebeldía hacia Dios, por eso el salmista al final de este poema pide que se acaben los impíos que sus obras no hacen más que entorpecer la creación del Señor.
¿En qué se inspira el salmo 104?
En la literatura egipcia existe una obra llamada «himno a Aton», que era un Dios del Sol venerado por un rey en especial nombrado Amenofis cuarto Ejnaton (XIV a.C) que tienen ideas muy parecidas a las de este salmo pero enfocadas más que todo a la estrella grande, el sol. Si él se oculta todo queda en tinieblas como si fuese la muerte, el león (sol) se va a dormir, si la tierra se ilumina es porque su presencia ya está aquí desde el horizonte. Todo es hermoso al igual que en la creación del universo, pero la vida de la naturaleza aquí es a medias, porque cuando llega la noche la magia se va, no se habla de estrellas o lunas, no se comenta de pequeñas luces que se encuentran en la tierra, de lo hermoso que puede llegar a ser también la oscuridad.
No hay nada que asegure que el salmo 104 también estuvo inspirado en este himno hebreo, se sigue suponiendo que es un comentario al relato bíblico del hacedor supremo haciendo su más grande obra. El salmista fue muy creativo, se nombras las cosas que nacieron pero él embellece el trayecto con recursos líricos, y demuestra la majestad de Dios que no tiene comparación, su fuerza es representada en a naturaleza, en el mar, la lluvia, la tierra, sus estaciones, en todo.
El salmo empieza y termina de la misma forma, con palabras que invitan a los demás a bendecir a Dios, el autor de este puede ser el mismo que el poema anterior aunque con un enfoque diferente.