Si tan solo tuviésemos un poquito de fe, donde hiciéramos una oración sincera, nuestros ruegos serán escuchados. Pero de nada sirve decir con la boca que tenemos fe, cuando nuestro corazón está muy lejos de este sentir.
Una condición importante para llegar a Dios por medio de San Antonio de Padua es saber orar, no hay que rebuscar palabras especiales ni muy ilustradas, lo importante es hablar con el corazón y confianza. Dios nos invita a orar constantemente en familia, a no olvidar que es él nuestro Salvador y nuestro único y verdadero Dios.
A continuación el Rezo diario para San Antonio de Padua:
El alba de la mañana, las estrellas y la luna que en la noche adornan el cielo,
El trinar de los pajaritos y las más lindas criaturas que en la noche adornan el bosque,
La brisa y el aire fresco, la oscuridad y el destello de las estrellas,
Son todas las bendiciones que diariamente Nuestro Señor nos regala,
Y a ti ¡amado San Antonio!, ante ti me despojo de mis errores y mis quebrantos,
Te saludo y te aplaudo, eres digno en cielo y tierra,
Caminaste paso a paso en las calles del sufrimiento,
Atravesando sin dudar en ningún momento, los más inexplicables sucesos,
Pero triunfante y glamoroso posas al lado de nuestro Dios,
Privilegiado y enaltecido, en las más arrulladoras palabras y los más lindos sentimientos,
Llenos de pureza, castidad y honestidad fraterna que tu vida alumbró,
Celebridad de los milagros que a ti se te atribuyen,
Sé que puedo confiar y contarte mis pesares, para que tú en suave voz,
Le diga a papá Dios que hoy este siervo carece de su amor y de su atención,
Que me mire sin reproches y me ayude por favor.
(Repite 3 veces tu necesidad)
¡Glorioso y privilegiado San Antonio! Oye mi ruego y acude prontamente en mi favor,
¡Majestuoso y sublime San Antonio! Que mis ruegos no se queden en el aire y lleguen a tu corazón,
¡Oh San Antonio! Que mis alabanzas se extiendan al recibir tu favor.
- que nadie se sienta defraudado cuando a ti acude
- para que seamos testimonios y hablemos de tu bendición.
Oración
Amado y buen Jesús, que has confiando en tu hijo San Antonio de Padua, que en tus más tiernas y veneradas palabras has llegado a los confines de la tierra. Que tu voz se hace eco en los más lejanos lugares. Te pido por medio de San Antonio, me ayudes a alcanzar tu camino y peregrinar junto contigo, que mis pecados y ofensas me sean perdonados y pueda yo ser digno de habitar en tu presencia.
Sé que tú a todos nos escuchas y enciendes una vela santa, para que mi fe no se apague y se conserve siempre intacta, y en medio de las turbulencias, pueda yo ser leal testimonio y sin ningún lamento en mi voz pueda escucharse, ¡Gloria a ti mi amado Dios!. Amén.
Sellamos esta hermosa oración, aclamando a nuestra madre la Virgen María con una Ave María. Confiados que también nos ayudará.