¿Quién de ustedes, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla?
Con esta interesante interrogante ha de comenzar la reflexión acerca de esta parábola, que hace referencia a la planificación de los gastos que conllevaría la construcción de una torre, con la finalidad de asegurarse de poder culminar la obra empezada. Como creyentes, debemos tener claro que para que podamos seguir el camino que Dios nos propone, no sólo la fe, el entusiasmo, la esperanza y los ánimos son necesarios. Más bien, son lo de menos.
Análisis de la Parábola de Calcular los Gastos
Este camino es radical, con exigencias importantes, sin tanto romanticismo ni cursilería como se pudiese pensar -si no se le conoce-. Ser un seguidor digno de nuestro Señor implica muchos sacrificios, y, necesariamente afectará o conllevará consecuencias entre las personas que nos rodean, pues de alguna manera se verán influenciados por nuestra fe y proceder.
Pero… ¿qué tiene que ver todo esto con Dios? Veámoslo de la siguiente manera: al decidir servir a nuestro señor, tomamos la decisión de edificar una torre. Esta torre, será el reflejo de nuestro propio e incomparable camino que atravesaremos hacia el Reino de los Cielos. Por lo tanto, como cualquier proyecto arquitectónico, requerirá de planificación y, sobre todo, de sacrificio.
Reflexiones de la Parábola de Calcular los Gastos
Sentarnos a calcular los gastos se refiere a que debemos estar conscientes en todo momento de lo que estamos haciendo hoy para en un mañana poder acceder al Reino de los Cielos, es decir, cómo va y cómo es nuestra relación con Dios; qué estamos haciendo cada día para acercarnos a él, para venerarlo, para vivir según su voluntad ¿realmente contamos con los recursos necesarios para ser dignos ante Dios nuestro Señor?
Dios nos ha creado y nos ha dado suficiente libertad como para caer, como para pecar, obrar mal o desapegarnos a su voluntad, y sin embargo, es en esa misma libertad, que podemos escoger retribuirle a nuestro Señor tanto que hizo y hace por nosotros, velando por nuestro bienestar, con los brazos siempre abiertos para nuestro regreso a él, por lo que estos recursos serían básicamente la disposición y la determinación para aferrarnos a Él, a su verdad y a su palabra, y sobre todo a actuar según su parecer.
Si tu respuesta fuese no, te puedo asegurar que es temporal. Mediante la reflexión podemos cambiar nuestra perspectiva, y apegándonos a nuestra fe y a la verdad de Dios y a su palabra en todo momento, podremos, hasta sin darnos cuenta, ir construyendo poco a poco una sólida torre, que con convicción, fe y seguridad en nuestras creencias y sobre todo en lo más grande e increíble que tenemos o podemos tener en nuestras vidas: Dios, podremos acabar su edificación hasta llegar al prometido Reino.
Versículos de la Parábola de Calcular los Gastos
Lucas 14, 28-30
28 Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla?
29 No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo.
30 «Este comenzó a edificar y no pudo terminar.»