Visitar a los enfermos, a los niños abandonados y a los ancianos olvidados es una sabia manera de manifestar nuestro amor a Dios. Algo que muy poco hacemos, pues siempre ponemos en primer lugar nuestras propias necesidades y es lo más normal, pero ignorando a nuestros hermanos no es una sana manera de ser testimonio de Dios acá en la tierra.
Y no todo es material, con simplemente escuchar a alguien, curar una herida o hacer una oración de la noche, son actos que ayudan, nos conducen por la senda del bien y como hermanos nos apoyamos, los unos a los otros. Nunca es tarde, es hora de comenzar.
A continuación la Oración de la noche para finalizar el día:
Mi amado y buen Jesús,
Me has regalado este día y me concedes esta noche,
No has permitido que mis debilidades me derrumben,
Me has librado de la maldad y de las tinieblas.
Ya se hace tarde y debo dormir,
Aunque hoy fue un día agotador,
Por momentos sentí que no podía,
Siempre me acordé de ti, y pude avanzar.
Ya en la soledad de mi cuarto,
Cuando todos están dormidos,
Te ruego me perdones,
Del mal que te he causado con mis ofensas.
Ayúdame a no flaquear,
A ser tolerante con mis hermanos,
A tener fuerza cuando el cansancio se asoma,
Y saber bendecir el pan que a diario me das.
Mi confianza en ti he depositado,
No puedo más sino seguir tus pasos,
Nada se mueve sin tu permiso,
Y en esta noche yo te lo vengo a solicitar.
Para que me vengas a acompañar,
Y con tus Ángeles y tus Santos,
En fervorosa oración,
Mi dicha no pueda más,
Te digo buenas noches,
Gracias mi amado Dios.
Amén.
En esta noche hacemos esta oración con amor infinito a Dios y rezamos un Padre Nuestro, esperando una noche siempre acompañados de Nuestro Señor.