Así como San Agustín hombre ejemplar que alcanzó la santidad, gracias al amor de Dios y la energía del Espíritu Santo, quien supo aceptar los designios de nuestro Padre, y hoy goza del reino eterno. Nosotros también estamos llamados a transitar por ese mismo camino, un camino donde la ilusión es conocer el cielo y el reino de Dios.
El reconocer nuestros pecados y tener una firme disposición a cambiar, con el único propósito de vivir eternamente, es algo que podemos hacer para que tengamos la alegría de que al finalizar nuestro paso por la tierra, nuestro espíritu disfrute plenamente al haber cumplido con el mandato divino, y haber obrado justamente toda nuestra vida.
A continuación la Oración al Espíritu Santo (de San Agustín):
A ti Espíritu Santo, te pedimos que nos inspires a pensar santamente,
Espíritu Santo, te rogamos que nos incites a obrar santamente,
Espíritu Santo, te suplicamos que nos atraigas para que amemos las cosas santas,
Espíritu Santo, te imploramos que nos fortalezcas para que tengamos el poder de defender las cosas santa,
Espíritu Santo, ayúdanos para que nunca perdamos las cosas santas.
Amén.
En este momento nos sumergimos completamente en el corazón de Dios y pedimos al Espíritu Santo rezando un Padre nuestro, nos ayude a sentir su presencia en todas las cosas de nuestra vida.
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