La aflicción es un estado que lo físico –emocional en el que una persona se siente triste, angustiada o abatida. Todas las personas, en algún momento de nuestra vida nos hemos sentido así, siendo muchas las causas que la pueden desencadenar, entre ellas podemos citar: la pérdida de un ser querido o de algo, obstáculos que se puedan presentar, problemas de índole familiar, frustración, entre otros.
Cuando ponemos nuestra confianza en Dios, es más fácil superar tales aflicciones. Al respecto cabe citar el Salmo 34: 19 que expresa: “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas los librará Jehová”.
Jesús, el Hijo de Dios, hecho niño o hecho hombre, siempre está allí, presto para socorrernos cuando con fe acudimos a él, en este sentido, el divino niño es venerado por todas las naciones y cuenta con millones de devotos quienes confían en él y realizan sus peticiones obteniendo respuestas muy favorables.
Oración al divino niño en tiempo de aflicción
Oh piadoso niño Jesús, clamo a ti en medio de mi angustia
Pues seguro(a) estoy que estas presto
a socorrerme cuando a ti acudo,
rogándote que me des la fuerza necesaria
para sobreponerme ante tan difícil situación.
Divino niño, escúchame, tú conoces bien mi situación,
calma mi ansiedad, cambia mi lamento en gozo,
En la paz que sólo tú me puedes proporcionar,
Pues quien te tiene a ti,
Lo tiene todo, oh Dios de mi salvación.
¡Oh, divino niño, extiéndeme tus brazos!
En ti puedo refugiarme, tu eres mi esperanza,
En ti se regocija mi alma, en ti pongo toda mi confianza,
Yo en cambio te glorificaré
Y cantaré alabanzas.
Divino niño, dame la serenidad necesaria
para sobrellevar y sobreponerme
a las dificultades que se me puedan presentar cada día,
obteniendo de ellas aprendizaje
que me permite resolver sin mayores
complicaciones, las adversidades.
Amén