Santa Catalina Labouré. Santa del día 27 de noviembre, fue una hija de la caridad, conocida por transmitir el mensaje de la Santísima Madre, para dar origen a la Medalla Milagrosa. Nace en Francia durante el año 1806, dentro de una familia de campesinos, y quedaría huérfana de madre a muy temprana edad.
Durante su adolescencia, Santa Catalina Labouré pedía constantemente a su padre que le diera autorización de pertenecer a un grupo de religiosas, pues ya para entonces, Santa Catalina Labouré sentiría el llamado a la santidad. Sin embargo, su padre necesitaría de la presencia de su hija en el hogar, y, por lo tanto, no le daba el permiso sino hasta que la santa cumple los 24 años.
Antes de tomar la decisión de entrar al convento, se presentaría para ir a visitar a una hermana religiosa, y ahí se topó con un retrato de San Vicente, con quien la santa habría soñado en su juventud, y este le dijo en sueños: “Tú me ayudarás a cuidar de los enfermos”. Pero en aquel momento, Santa Catalina no habría reconocido al santo.
Sus primeros años en el convento, Catalina demostraría diariamente su profundo amor a Dios, y especialmente, su devoción hacia la Virgen María. Según la tradición cristiana, Santa Catalina se contaría orando un día dentro del a capilla del convento, y entonces la Santa Madre de Dios se mostraría ante ella, y con dulces palabras, le daría a Catalina la tarea de crear una medalla que tuviera las iniciales de la Virgen María, una M, y una cruz, agregando también la frase: “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti”, prometiendo que protegería y ayudaría a todo aquel que llevara la medalla.
En un principio, muchos dudarían de su visión, hasta que al ver que Catalina gozaba de un corazón santo, entenderían que se encontraban ante una mujer elegida por la Madre de Dios para darles un mensaje, y así conseguiría la aprobación de crear la medalla.