San Martín de Porres Velázquez. Fraile nacido en Perú que perteneció a la orden de los dominicos. Conocido como el santo de la escoba, fue el primer santo mulato de América. Según documentos históricos, su apellido originalmente sería Porras, y fue cuidadosamente educado en la fe cristiana por su humilde madre, Ana Velázquez.
Desde edad muy temprana, San Martín de Porres se dedicaba arduamente al trabajo, llevándolo a convertirse en aprendiz de peluquero y asistente de un reconocido dentista, y para aquel entonces, también comenzaría a crecer su fama de ser santo.
Debido a su color de piel, en aquellos tiempos le sería prohibido seguir la vida religiosa, sin embargo, fue invitado por el Fraile Juan de Lorenzana a entrar al Convento de Nuestra del Rosario, y entonces San Martín de Porres ingresaría como Donado, pero este se entregaría tan apasionadamente al servicio religioso, a la obediencia y la fe, que sin duda, sería reconocido por grandes cosas en el futuro.
A San Martín de Porres se le da la humilde tarea de dedicarse a la limpieza del hogar, por lo que es por esta razón que se le representa en todas sus imágenes con una escoba, y por más humilde que fuera el trabajo, San Martín siempre fue recordado con una brillante sonrisa, feliz de servir a todos en todo.
Tuvo una vida marcada por mucha envidia por parte de otros, gente que no comprendía su vocación, incluso muchos otros religiosos quienes lo rechazaron por su raza, a todos estos, Martín les respondía con una sonrisa, sin importar lo que se dijera de él, o cómo otros le trataran, su única preocupación era servir al Señor y atender a quienes él tuviera el placer de atender: “Yo te curo, y Dios te sana…”
Poco tiempo antes de su muerte, San Martín ya veía que llegaba la gloriosa hora de ir a la casa de Dios Padre, y entonces pidió a sus hermanos dominicos entonar el Credo, entregando así su alma un 3 de noviembre del año 1639.