Santa Faustina. Fue una misionera polaca nacida el 25 de agosto de 1905, beatificada por su santidad San Juan Pablo Segundo en el año 2000. Es la Santa que conmemoramos el 5 de octubre.
Santa Faustina, entró a la orden religiosa cuando contaba con 20 años. Su vida fue, indiscutiblemente, un ejemplo de santidad y entrega cristianas, manifestada a través de sus obras de caridad, estando siempre signada por la virtud de la Misericordia.
De Santa Faustina y su vida de entrega debemos acentuar que se trató de una de las más destacadas exponentes de la devoción al Jesús de la Divina Misericordia, extendida mundialmente, que antepone a nuestro señor Jesucristo, no como nuestro juez, sino como nuestro salvador, mediante la entrega fiel de nuestra confianza en su poder divino y en el perdón de los pecados por su entrega y sacrificio.
Esta Santa contemporánea, ingresó a al convento de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia, en Polonia, y más de una vez estuvo tentada a abandonar los hábitos, a los que recurrió, además por una muy precaria vida de pobreza.
Sin embargo, al paso de los años, Santa Faustina recibió el llamado de cristiandad que albergaba en su corazón y dedicó su vida a la misericordia, más que como un devocionario, como una forma de vida y fervor espiritual, así como a la causa de la “parusía”, segundo advenimiento de Cristo.
La devoción de Santa Faustina fue total, al extremo de enfermar gravemente. Ella, sintió la voz de Jesús siendo testigo de su presencia y aparición, colmado de luces rojas y blancas, y ante esta llamada, decidió plasmar en pintura al Jesús de la Divina Misericordia, con la imagen que conocemos y adoramos hoy en día, con la frase que es quizás, una de las más significativas del devocionario cristiano actual: Jesús, en Vos Confío.
Santa Faustina fue elevada a santa por su testimonio de fe cristiana y pruebas palpables de su conexión con nuestro señor Jesucristo.