San Juan Crisóstomo. Es el santo del día 13 de septiembre. Conocido también como San Juan de Antioquía, fue un cristiano y patriarca de Constantinopla, considerado también como uno de los cuatro padres de la Iglesia de Oriente.
Nacido en el año 347, San Juan Crisóstomo es uno de los santos cristianos más importantes de la antigüedad, enfrentándose durante todo el siglo IV, a diversas disputas religiosas que se encontraban para entonces, perturbando al imperio. La gente lo bautizó con el nombre de Crisóstomo, pues este significa “boca de oro” y fue en honor a que San Juan Crisóstomo, tenía tanta elocuencia al hablar, que se dice que hasta nuestros días, su oratoria no ha sido superada.
Fue hijo de un famoso militar, y de una mujer de nombre Antusa, quien también sería declarada santa, por su bondad y buenas costumbres. A la edad de 20 años, Antusa enviuda, y decide renunciar a su segundo matrimonio para dedicarse a la crianza y educación de su adorado hijo San Juan Crisóstomo.
Desde joven ya mostraría sus habilidades como orador. En la escuela era muy admirado y respetado por sus intervenciones en clases, sobre todo en temas de literatura. Para su corta edad, era muy sabio y apasionado por la lectura y el aprendizaje, y comenzaría a sentir gran atracción hacia la vida cristiana, deseando irse al desierto como monje.
Si bien su madre apoyaba su vida santa, le rogaba que por favor no la dejara sola, así es como San Juan Crisóstomo decide entonces convertir su hogar en un monasterio, dedicándose constantemente a la oración, penitencias y estudio constante de la Biblia.
Sin duda San Juan Crisóstomo era un pescador de almas. Con su oratoria, convencía e impresionaba a cualquier, y muchos decían que parecía ser el mismo Dios hablando entre ellos, por la gran elocuencia y facilidad que tenía de explicar las sagradas palabras de la Santa Biblia.