Santa Rufina. Fue hermana de Santa Justa, ambas, morirían martirizadas, siendo hoy en día veneradas como santas de la Iglesia Católica el día 19 de julio.
Nacida en Sevilla dentro de una familia de morales y fe cristianas, Santa Rufina viviría en la época en la que España se encontraba bajo el dominio de los romanos, por lo que, lo aceptable era la idolatría, además de que se veía corrupción y malas vivencias. Santa Rufina y su hermana Santa Justa, ya habrían decidido seguir su camino hacia la santidad, por lo que mostraban y practicaban costumbres cristianas, y se mantenían puras y vírgenes.
Según cuenta la tradición cristiana, las mujeres del pueblo celebraban como todos los años, las fiestas en honor a Venus; y la práctica se realizaba recorriendo las calles, llevándolo al ídolo sobre sus hombros, pidiendo limosnas a los que veían. En un momento, las idólatras llegan a la casa de Santa Rufina y Santa Justa, y se les exigiría adorar a Venus.
Debido a que ambas hermanas se encontraban en un compromiso con Jesús, y se negaban a adorar a falsos dioses, Santa Rufina y su hermana darían su negativa ante la petición de adorar a aquel ídolo, y como eso parecía no bastarle a las mujeres, terminaron por destruir el ídolo frente a las idólatras, lo que desataría la ira de estas.
Las hermanas terminan siendo prisioneras del prefecto de Sevilla, quien las torturó y amenazó por negarse a abandonar su fe cristiana. Por un largo tiempo, Santa Rufina y su hermana sufrirían de un gran tormento, pero siempre bendecidas con la gracia de Su Señor que las protegía. Sus carceleros terminarían por dejarlas encerradas hasta verlas morir, y para cuando Santa Justa, quien era la que se encontraba con mayor debilidad, termina por entregarse al espíritu santo. Así, su cuerpo es arrojado a un pozo, pero el obispo Sabino termina por rescatarlo.
Finalmente, Santa Rufina, sola, es enviada al anfiteatro para ser comida por los leones. Pero los leones terminarían por actuar como animales dóciles ante la presencia de Rufina, y entonces el Prefecto mandaría a que fuera degollada.