San Benito de Nursia. Fue un presbítero cristiano, que abandona Roma para evitar la vida mundana de la ciudad y se dedica a vivir como ermitaño por largos años. Es el santo que conmemora la Iglesia Católica el día 11 de julio.
Durante sus años como ermitaño por Italia, llegaría hasta toparse con una comunidad de monjes, cuyo Abad había recién fallecido, y todos le pedirían a San Benito que tomara su lugar, cosa que al principio se negaría a hacer, pues sentía que no era merecedor de aquel puesto. Pero tal fue la insistencia de los monjes que no le quedó otra opción.
San Benito resultaría ser bastante estricto en su disciplina monástica. Estaba decidido a corresponder de la mejor manera, la misión que Dios había colocado en su camino hacia la santidad. Es así como muchos discípulos comienzan a escuchar de la excelente labor de San Benito, y comienzan a acercarse al templo.
De esta forma, San Benito tomaría la iniciativa de lograr reunir en aquél lugar diferentes familias de santos monjes, que entonces se encontraban dispersos en varias regiones, y lograría unirlos a todos bajo una sola casa de Dios.
Más tarde, terminaría trasladándose a Monte Cassino por tener algunos problemas con el sacerdote Florencio. Ahí logra construir dos capillas y la abadía de Monte Cassino, por el año 530. Se cree que durante este período, comenzaría a concretar su “Regla”, la cual iría dirigida a aquellos que, habrían tomado la decisión consiente de abandonar su propia voluntad, para permanecer al servicio y voluntad de Cristo.
San Benito lograría predecir el día de su propia muerte, la cual terminó de ocurrir el día 21 de marzo del año 547, y unos cuantos días después, fallece también su querida hermana, Santa Escolástica. Su amor y pasión por la Santa Cruz, lo llevarían a realizar diversos milagros, siendo recordado como un hombre santo, humilde y apasionado hacia las verdadera voluntad de Nuestro Señor.
