Santa Paulina del Corazón Agonizante de Jesús. Es la santa que conmemoramos el día 8 de julio, fundadora de la Congregación de las Hermanitas de la Inmaculada Concepción. Nacida originalmente bajo el nombre de Amabile Lucia Visintainer, nace en Vígolo Vattaro, Italia.
En el año 1875, muchas familias vigolesas, migraron hacia Brasil, entre esas, la de Santa Paulina, quien para entonces tenía a penas 10 años de edad y ya mostraba ser una bondadosa niña, de corazón humilde y virtudes cristianas.
Pasados unos cuantos años luego de su primera comunión, Santa Paulina y otras compañeras, tomarían sus votos religiosos, y es ahí donde adopta su nombre de religiosa, siendo entonces conocida como Hermana Paulina del Corazón Agonizante de Jesús, y para el año de 1903, viajaría hacia San Pablo, para dedicarse a cuidar a los enfermos y huérfanos necesitados.
Siendo recordada como un alma bondadosa y caritativa, y dedicada fervientemente a la oración, Santa Paulina sería llamada por su sucesora, la superiora general Vicencia Teodora, quien le pediría trasladarse a Ipiranga, donde se hallaba la casa madre, con la finalidad de dedicarse al cuidado de las hermanas enfermas, y ahí permanecería hasta el final de sus días.
Pasaría sus años trabajando en su fe y oración. Era una gran devota a la Inmaculada y San José. Finalmente en el año 1938, comenzaría a verse afectada por la diabetes que se había hecho presente hace muchos años. Su enfermedad empeoraría luego de lesionarse uno de los dedos de la mano, que terminarían amputando luego de haberse gangrenado.
Pero la afección no terminaría ahí, y tendrían que aplicar una segunda intervención quirúrgica, en la que ahora debería perder el brazo derecho. Finalmente, la enfermedad avanzaría y quedaría ciega en los últimos momentos de su vida, y muere un 9 de julio del año 1942, y sus últimas palabras serían: “Hágase la voluntad de Dios”.
