San Pedro y San Pablo. Apóstoles. En el día 29 de junio, la Iglesia Católica conmemora la Solemnidad de estos santos.
La festividad ecuménica de San Pedro y San Pablo, es quizá una de las mayores celebraciones religiosas que existe, cuya importancia radica, no sólo por conmemorar a dos significativos apóstoles, uno cercano y primigenio integrante del círculo los doce discípulos de Jesús de Nazaret, como es Simón Pedro, y otro, como propagador universal de la doctrina cristiana, como San Pablo de Tarso; sino también, porque esta festividad trata una solemnidad conjunta auspiciada tanto por la iglesia Católica como por la Iglesia Ortodoxa.
Esta ceremonia solemne conjunta de San Pedro y San Pablo, repercute en el pensamiento de los movimientos ecuménicos modernos, que procuran la denominada restauración o reunificación de las manifestaciones religiosas cristianas, separadas por los grandes cismas de la historia.
Así pues, Simón Pedro, nacido en Betsaida, actual Israel, a finales del siglo I, años 33-34, señalado por nuestro señor Jesucristo como Pescador de Hombres en el hermoso pasaje del nuevo testamento, es una figura de primer orden y pilar fundamental de la Iglesia de Jerusalén; uno de los primeros discípulos de Jesús, padre del cristianismo y primer papa de la iglesia católica, instituido así por el mismo Jesucristo.
Toda la solemnidad que expresa la institución eclesiástica, para los cristianos, parte de las palabras proferidas a San Pedro por nuestro señor Jesucristo: Tu eres Pedro y Sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia (Mateo 16-18-19)
San Pablo de Tarso, nacido en Tarso de Cilicia (actual Turquía) entre los años 5 y 10 de la era cristiana, destacó como pilar fundamental en la edificación y difusión de la doctrina cristiana, en el Imperio Romano. Autor de las 13 epístolas paulianas, que constituyen documentos de medular trascendencia para el canon bíblico y forman parte del Nuevo Testamento.
San Pedro y San Pablo, murieron martirizados en la ciudad de Roma entre los años 64-67, bajo el imperio de Nerón.