San Justino, Mártir. Su nacimiento data del año 100 – 114 de la era cristiana, en la antigua ciudad de Flavia Neapolis, Imperio Romano, actual territorio de Cisjordania (Palestina), de padres paganos de origen griego, recibiría una educación formal y muy completa, en historia, literatura y filosofía. Es el Santo que conmemoramos el 01 de junio.
No abrazó el cristianismo sino, avanzado en sus estudios y erudición filosófica, al observar la inquebrantable fe con la que los primeros cristianos, perseguidos y martirizados hasta morir, aun así, soportaban el martirio. Esto llamó la atención de San Justino al considerar que, sólo una fuerza absoluta y divina, podía proporcionar esa fortaleza de espíritu, decidiendo abrazar la fe cristiana como autentica alianza y comunión con el Dios verdadero.
San Justino no se recibió como sacerdote católico sino, más bien, como laico y se dedicó, no sólo al estudio y profunda meditación sobre las sagradas escrituras sino también, a recorrer Asia menor y Roma, para ahondar con otros eruditos y filósofos, incluso paganos, acerca de la verdad que encierra la filosofía cristiana como verdadera esencia de la fe en el creador y ductor de todo canto nos rodea.
Desarrolló la Apología, al utilizar ejemplos cotidianos, tanto para hacer referencia a las enseñanzas bíblica y ceremonias religiosas primitivas, como para hacer fuertes críticas al paganismo. En Roma, fundó una escuela reconocida como la primera en Filosofía Cristiana, y por ello, es considerado Padre de la Iglesia y padre apologista.
La crítica erudición de San Justino llegó a despertar rencores y enemistades, al sostener una discusión con un filósofo cínico Crescentes, demostrando su mala fe e ignorancia en el tema religioso y este lo acusó ante las autoridades de Roma que prohibían la prédica y devoción cristiana, siendo martirizado y decapitado en el año 165, durante el reinado del emperador Marco Aurelio.
