Santo Domingo Savio. Fue un especial alumno de San Juan Bosco que su devoción a su fe, lo llevarían a querer llevar una vida santa. Es uno de los santos no mártires más jóvenes de la iglesia, muriendo antes de poder cumplir sus 15 años de edad. Es el santo que recordamos cada 6 de mayo.
Bendecido bajo el nombre Domingo que significa “quien está consagrado con el Señor”, Santo Domingo Savio nace en Riva del Piamonte, en Italia para el año de 1841. Desde pequeño manifestaría su insaciable deseo por en algún momento llegar a convertirse en sacerdote.
En el momento que San Juan Bosco comienza a preparar a algunos niños para el sacerdocio para que lo ayudasen con su laborioso trabajo para favorecer a los niños más desafortunados, el párroco de aquel lugar que conocía muy bien a Domingo, lo recomendaría especialmente al cuidado de San Juan Bosco, y para el año de 1854, ingresa al Oratorio de San Francisco de Sales de Turín, teniendo tan sólo 12 años de edad.
Una de sus participaciones más importantes en el Oratorio, sería un grupo que él mismo formaría, al cual bautizó bajo el nombre de “La compañía de María Inmaculada”. El grupo se encargaría de ayudar a Don Bosco en trabajos como la limpieza de los pisos, y cuidar delicadamente a los niños más difíciles. San Domingo Savio sería recordado por su incansable labor en el Oratorio, además de ser extremadamente piadoso y dedicado a la oración.
Poco después de haber ingresado en el Oratorio, se cuenta que San Domingo Savio tendría la oportunidad en n momento de impedir la pelea de dos chicos problemáticos que se querían caer a pedradas.
Domingo los separa y muestra un crucifijo pequeño, y dijo “Antes de empezar, mitad a Cristo y decid: ‘Jesucristo, que era inocente, murió perdonando a sus verdugos; yo soy un pecador y voy a ofender a Cristo tratando de vengarme deliberadamente’. Luego podéis empezar a arrojar sus piedras contra mí”. Ante tales declaraciones, los niños reflexionarían sus acciones.