Santa Catalina de Siena. Su nombre original era Catalina Benincasa, conocida por ser la copatrona de Europa e Italia, nace en Siena, Italia en el año 1347, un 25 de marzo, y es considerada una de las más grandes místicas de su época. Es la santa que celebramos el día 29 de abril.
Catalina fue la hija número veintitrés, y llegó a tener una hermana gemela llamada Giovanna, pero esta murió de recién nacida. Perteneciente a una familia de clase media, no obtendría una educación propia durante sus primeros años de infancia.
Santa Catalina de Siena muestra un gusto por la soledad desde temprana edad, aprovechando ese tiempo para meditar y orar en silencio. Con tan sólo siete años de edad, ya habría decidido consagrarse a la mortificación y realizaría un voto de castidad, a pesar de que años más adelante, sus padres ya estarían planificado buscarle un esposo.
Ante esta noticia, Santa Catalina de Siena en protesta, corta su hermosa cabellera, y en castigo, sus padres la obligan a realizar forzadas tareas domésticas, aunque aun así, Catalina mantendría firme su decisión de mantenerse fiel a su Señor Jesucristo. Se dice que un día mientras Santa Catalina oraba, una hermosa paloma blanca se posaría sobre su cabeza, y fue así como su padre se convenció de la santidad de su hija, y aceptaría su devoción.
Más tarde, a sus 18 años de edad, Santa Catalina de Siena recibe el hábito de la Orden Tercera de los dominicos, siguiendo de esta forma su camino hacia la bondad, brindándole consuelo a los enfermos, prisioneros y afligidos.
Continuaría por años con su humilde camino de la obediencia y la negación a su propia voluntad. En medio de sus oraciones, siempre mantenía presente que su sufrimiento, pudiera servir como pago por las faltas de su corazón humilde y entregado al Señor a quien ella tanto adoraba y alababa.
