EVANGELIO DEL VIERNES, 23 DE FEBRERO DE 2018:
Conoce el evangelio del día, evangelio de hoy 23 de Febrero del 2018: Primera lectura, el salmo y el evangelio o palabra de Dios.
PRIMERA LECTURA
LECTURA DE LA PROFECÍA DE EZEQUIEL 18, 21-28
Pero si el malvado se convierte de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, seguramente vivirá, y no morirá.
Ninguna de las ofensas que haya cometido le será recordada: a causa de la justicia que ha practicado, vivirá.
¿Acaso deseo yo la muerte del pecador –oráculo del Señor– y no que se convierta de su mala conducta y viva?
Pero si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, ¿acaso vivirá? Ninguna de las obras justas que haya hecho será recordada: a causa de la infidelidad y de pecado que ha cometido, morirá.
Ustedes dirán: «El proceder del Señor no es correcto». Escucha, casa de Israel: ¿Acaso no es el proceder de ustedes, y no el mío, el que no es correcto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, muere por el mal que ha cometido.
Y cuando el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, él mismo preserva su vida.
El ha abierto los ojos y se ha convertido de todas las ofensas que había cometido: por eso, seguramente vivirá, y no morirá.
SALMO
SALMO 129
Canto de peregrinación.
¡Cuánto me han asediado desde mi juventud
–que lo diga Israel–,
cuánto me han asediado desde mi juventud,
pero no pudieron contra mí!
Clavaron un arado en mis espaldas
y abrieron largos surcos,
Pero el Señor, que es justo,
rompió el yugo de los impíos.
¡Retrocedan llenos de vergüenza
todos los que aborrecen a Sión:
Sean como la hierba de los techos,
que se seca antes de ser arrancada!
Con ella, el segador no llena su mano,
ni cubre su pecho el que ata las gavillas.
Y nadie comenta al pasar:
«El Señor los ha bendecido».
Descienda sobre ustedes nuestra bendición,
en el nombre del Señor.
EVANGELIO DEL DÍA
SAN MATEO 5, 20-26
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: «No matarás», y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.