San Justo y San Pastor, conocidos también como los Santos Niños, fueron dos hermanos que vivieron en Alcalá de Henares, España, durante el siglo IV. Nacidos en una época en la que el Imperio Romano estaba bajo la presión de las reformas religiosas de Diocleciano, los dos jóvenes crecieron en un entorno donde el cristianismo estaba bajo constante amenaza.
Valientes en su Fe
Desde una temprana edad, Justo y Pastor mostraron una fe inquebrantable en Cristo. A pesar de su corta edad, su devoción y valentía los distinguieron entre sus compañeros. Según la tradición, Justo tenía 13 años y Pastor 9 cuando fueron llamados a testificar por su fe. Su firmeza ante las adversidades y su disposición a sufrir por Cristo se convirtieron en ejemplos notables de santidad y coraje.
Persecución y Martirio
Durante las persecuciones ordenadas por el emperador Diocleciano, los cristianos eran arrestados y obligados a renunciar a su fe bajo amenaza de tortura y muerte. Justo y Pastor, a pesar de su juventud, se presentaron voluntariamente ante las autoridades romanas, declarando su deseo de seguir a Cristo incluso a costa de sus vidas.
Fueron llevados ante Daciano, el gobernador romano, quien intentó persuadirlos para que renunciaran a su fe mediante amenazas y promesas. Sin embargo, su resolución se mantuvo firme. Al ver que no podían ser convencidos, Daciano ordenó que fueran flagelados y finalmente decapitados. Su martirio tuvo lugar el 6 de agosto de 304 d.C., convirtiéndolos en los primeros mártires de Alcalá de Henares.
Veneración y Festividad
San Justo y San Pastor fueron venerados casi de inmediato después de su martirio. Sus cuerpos fueron enterrados en el lugar donde cayeron, y este sitio se convirtió en un punto de peregrinación para los cristianos de la región. En el lugar de su martirio se erigió posteriormente una iglesia, que hoy es la catedral de Alcalá de Henares.
La festividad de San Justo y San Pastor se celebra el 6 de agosto. En Alcalá de Henares y en otras localidades de España, este día se conmemora con procesiones, misas y actos de devoción en honor a los dos jóvenes mártires.
Milagros y Legado
Numerosos milagros han sido atribuidos a la intercesión de San Justo y San Pastor a lo largo de los siglos. Se cuenta que su valentía inspiró a muchos otros cristianos a mantener su fe durante tiempos de persecución.
La influencia de San Justo y San Pastor se ha extendido más allá de España. Iglesias y capillas dedicadas a ellos se pueden encontrar en varios países, y su ejemplo continúa siendo una fuente de inspiración para los fieles de todo el mundo.
