Este 13 de enero se conmemora la San Remigio de Reims. Conmemorado en su avance hacia los enfermos y necesitados. Incluso creció como un símbolo de esperanza a los fieles pues al tomar toda su vida en nombre de Dios, se le ha tomado como patrono excelso. Guiando a diversos compañeros de la Iglesia su virtud es convocada a subir el ánimo a los enfermos de peste, curando milagrosamente a los afectados y heridos.
Ante todas las obras del reconocido obispo, su ferviente pasión lo empujó a la fama. Convirtió con su enorme voluntad la población completa de un pueblo que rechazaba su interés en la nobleza cristiana. Generando un dilema, se preocupo por los valores de sus fieles hermanos. Otro gran simbolismo de los cristianos en el obispo se remarca en el esfuerzo por señalar el bautismo.
El conocimiento de San Remigio de Reims.
Concibiendo un origen de la tierra francesa, mostró en 436 su nobleza en la cuna. Bajo los mandatos de la creación divina, los jefes de su comunidad le permitieron aceptar su destino pues realmente mostró un ascenso merecido en la religión pues realizó diversas pruebas hasta ganarse el título de gran obispo a tan solo 23 años de edad. Desarrollando la empatía de su pueblo trabajo arduamente en la fé.
La festividad en la conversión
Sirviendo sin descanso durante sesenta años a los fieles y sin techo, el obispo compartió grandes lecciones a cientos de hermanos. Sin embargo, el poder de convencimiento del obispo transformo a un dictador en una figura de nuevas alabanzas al demostrar la importancia del bautizo. Por muchos esfuerzos le recompensaron al tratar de forma única las festividades. Siempre tomo la celebración de Dios como renovación de fe.
Santoral del día 13 de enero
Cómo toda fecha cristiana, el gran día de la festividad le permite celebrar diversos hermanos dados al trabajo santificado. Registrados como santos de gran nobleza, estos son algunos de los más celebrados:
- San Hilario de Potiers
- San Pedro de Capitolias. Compañero mártir
- Beata María Francisca, Apasionada Presbítero
- Santa Juta, humilde reclusa