San Frutos, es el santo que se celebra el día 25 de octubre, y es conocido por ser un eremita hispano, quien fue también hermano de dos santos, Santa Engracia y San Valentín. Además, San Frutos fue el responsables de varios milagros que fueron una gran influencia para su canonización.
Según la historia tradicional, se cuenta que San Frutos nació bajo las alas de una familia importante de Segovia, en el año 642. Después de que murieran sus padres de manera prematura, él y sus hermanos tomaron la decisión de repartir los bienes de la familia entre los más necesitados y alejarse de la ciudad en búsqueda de la contemplación y la soledad.
Para esto último, eligieron al río Duratón como sitio para vivir. Ellos vivían en cuevas de la región, para prontamente mudarse a lugares en donde se pudiera orar y cultivar la paz propia.
Luego de años de obra por los más necesitados, buscar la contemplación de Dios, la penitencia y la oración continua; San Frutos falleció a los 73 en su ermita, y fue enterrado en este mismo lugar a manos de sus hermanos.
Entre los milagros que San Frutos hizo, se tienen acontecimientos fidedignos de cómo abrió la tierra con su báculo para poder proteger a las poblaciones cercanas de los moros que se acercaban. Otro milagro fue la conversión de dos feroces toros en bestias de carga. En otra ocasión pudo hacer que los animales se arrodillaran ante la hostia, luego de que un sarraceno asegurará que se trataba de algo desagradable.
En resumen, la vida de San Frutos estuvo llena de grandes milagros hacia el prójimo, como también de entrega total a Jesucristo nuestro señor, ya que a pesar de la pobreza repentina, San Frutos y sus hermanos, prefirieron buscar el camino de Dios.