Hoy se celebra la obra de San Gerardo de La Porta, hermano cristiano y fiel servidor ante las lecciones de Cristo, cuya vida dedico principalmente al cargo de obispo, siendo aceptado por su pueblo al mostrar virtudes inigualables. El gobierno de San Gerardo de La Porta fue relativamente breve partiendo de manera inesperada al lograr casi una década de compromiso ante los superiores, obteniendo ante sus admiradores, el patronazgo de Potenza por demostrar completa humildad.
Como figura ejemplar para la iglesia, San Gerardo fue santificado por su completa dedicación ante las obras benéficas y la extrema piedad que profesaba. Siendo descendiente de una familia humilde en Italia, se formó rodeado de un ambiente que le abrumaba, haciendo que, al cumplir la mayoría de edad, tomara la decisión de viajar a territorios aislados, trabajando en su propio sentido de vocación religiosa y en soledad, fortalecer su unión con el Señor.
La bendición sagrada de San Gerardo de La Porta
Recuperado del sentimiento abrumador que le producían las sociedades, el noble religioso retorno a su pueblo natal, encontrándose con prometedores novicios para servir ante el catolicismo, haciendo que se comprometiera en enseñar sus descubrimientos durante el aislamiento, ganando el aprecio del pueblo y obteniendo el cargo de obispo ante la partida del anterior gobernante. Pese al puesto honorario, el santo se mantenía fiel a su nobleza, aumentando el aprecio de los nobles.
El milagro concedido y la partida del obispo
Durante ocho años de fortaleza espiritual y dones milagrosos concedidos por el Señor, el pueblo se encontraba complacido con el servicio que traía San Gerardo de La Porta, el cual se mostraba con las prendas de menor valor, orando constantemente por los súbditos y luciendo como monje. Finalmente, el amoroso padre descansa en el año 1.122, en Italia, siendo canonizado por el papa Calixto en el año 1.123, al mostrarse la santidad y dedicación del obispo, aclamada por su culto.
