Hoy se conmemora la obra de San Francisco de Asís, popular religioso y hombre fundador dedicado a la caridad, cuya juventud había invertido en gustos banales hasta convertirse en evangélico por la gracia de Dios. El tiempo de San Francisco en vida le permitiría demostrar la humildad penitente, conectando en mayor profundidad con los necesitados al despojarse de todas las pertenencias materiales y partiendo del mundo en total simpleza, durmiendo en tierra pura.
Actualmente San Francisco es considerado por la iglesia como el patrono de los trabajadores sociales, empleados de costureras y fabricantes de telas, también protege a los cojos, los ciegos y toda persona que posea discapacidades, en las fuertes mareas los navegantes piden su intervención para el regreso seguro a casa y celebran su santidad con el cordonazo, ya que la obra de Francisco de Asís demostró amor incondicional por todos los creyentes hasta el final de sus días.
El origen de San Francisco de Asís
Nacido en la ciudad de Umbría, en el año 1.181, fue el hijo de un comerciante y una madre noble, quienes bautizarían al niño con el nombre de Juan, pero sería popularmente conocido como Francisco. Con una juventud llena de riquezas y gozando de apasionantes amores, Francisco admiraba la obra del Señor y daba limosnas, pero su principal objetivo era gozar la vida hasta caer enfermo de gravedad y ser iluminado en sueños magníficos para comenzar un nuevo camino.
La superación de las tentaciones
Francisco, con mucha alegría había adquirido una preciosa armadura para partir a la guerra, sin embargo, al encontrarse con un pobre se sintió afligido, cambiando sus ropas y comenzando a comprender su propósito en contra de las tentaciones, rechazando herencias y empezando un camino de peregrinaje en humildad que inspiraría a cientos de seguidores. Finalmente, partió en el año 1.226, siendo canonizado por Gregorio IX, en el año 1.228.
