Hoy se celebra la vida de San Gerardo Sagredo, magnifico religioso entregado al servicio de su comunidad como obispo, quien en su magistral trabajo tuvo la fortuna de fortalecer las creencias de Morisena, hasta convertirse en mártir tras las cacerías contra los fieles. El desempeño de San Gerardo Sagredo le volvió el patrón de todas las figuras educativas y el intermediario de plegarias en Budapest.
Nacido en el año 980, en Venecia, siendo el hijo de padres humildes que educaron al niño bajo las capacidades de su recortada economía, haciendo que el joven pasara por diferentes lugares de índole cristiana y generando en el joven cierto repudio por la vida cristiana, huyendo incluso de un convento al cual se había consagrado de corazón. La fuga de Gerardo le llevo en una jornada de peregrinación en la que conocería un nuevo camino.
El fiel servicio de San Gerardo Sagredo
Durante sus viajes, el joven Gerardo conoció al Rey Esteban, el cual se intrigaría con la sabiduría que el muchacho demostraba, haciendo lo posible para invitarle a extender su estadía en Hungría, lugar en el cual se observaban grandes faltas de fe y espiritualidad. El hijo del Rey Esteban, Emeric el beato, aprendió grandes cualidades del santo, quien además tomaba todas las oportunidades disponibles para difundir la palabra de Dios de manera exitosa en aquella tierra.
La dedicación ante la humildad de Hungría
San Gerardo es convertido en obispo, trabajando con cientos de personas paganas, las cuales accedieron fácilmente a las enseñanzas que el obispo traía, convirtiéndose en cristianos. Con la muerte de Esteban, los ataques contra la iglesia iniciaron, haciendo que el obispo se sacrificara para salvar cientos de prófugos en el año 1.046, el sacrificio del santo lo llevo a la canonización en el año 1.083 por Gregorio VII.