Hoy se celebra la vida del Beato Guala de Brescia, dedicado religioso cuya obra le llevo a ejercer la dirección espiritual al servir como obispo para la comunidad de Brescia, obteniendo el respeto y admiración de los hermanos en la Orden de Predicadores al luchar por el bien de la iglesia. El choque de ideales del beato hizo que este fuera expulsado de sus tierras durante el reinado del emperador Federico segundo, manteniéndose leal a la causa.
También conocido como Walter, el beato nació aproximadamente en el año 1.180 en la ciudad de Bérgamo, Italia, donde su familia le llenaría de bendiciones y buenos cuidados al ser nobles. Con la madurez y los conocimientos necesarios, el joven Guala ingresa en la Orden servicial de Santo Domingo bajo la aprobación del mismo fundador en el año 1.219 impresionando al santo y ganándose la estima de los compañeros por su espíritu alegre.
La responsabilidad del Beato Guala de Brescia
Ascendiendo desde su noviciado hasta convertirse en un presbítero, Santo Domingo le ordena dirigir un convento en Brescia, el cual además seria fundado por el beato, obteniendo magníficos resultados en la comunidad como prior. En su labor, Guala recibe una visión que le muestra la pronta muerte de Santo Domingo, recibiendo mayores responsabilidades tras la partida del santo.
Los esfuerzos para mantener la paz
Pronto al beato le encargan dirigir a los próximos frailes, encaminándoles para servir adecuadamente mientras se prepara para ser el nuevo inquisidor de la fe al vigilar con gran cuidado las almas y preocuparse por la fuerte oleada de herejías y ataques contra la paz. En el año 1.239 agotado y esperando su pronto final, se retira para vivir sus últimos años en la soledad hasta partir en el año 1.244, su obra ha sido canonizada por Pío IX en el año 1.869.