Hoy se conmemora la obra de Santa Juana Frémiot de Chantal, humilde religiosa y fundadora cuya vida en la rutina como madre de familia le permitió dar educación piadosa a sus hijos, dotándoles de valores dignos de reconocimiento. La pérdida de su esposo también le indicaría un camino inesperado, ingresando en los trabajos caritativos con ayuda de San Francisco de Sales, quien actuaria de guía en su magnífica muestra de amor.
Nacida en el año 1.572 en Francia, la pequeña Juana aprendió grandes valores por parte de su padre, quien tras enviudar no escatimo gasto alguno para dar a su familia la educación necesaria y de esta humilde acción la niña vería con gran provecho todo el esfuerzo de su padre, contrayendo matrimonio a los veinte años de edad con fortalezas notables, enderezando en algunos aspectos a su marido, un barón ciertamente desordenado y despreocupado.
Las motivaciones de Santa Juana Frémiot de Chantal
Consumando su matrimonio y trayendo al mundo a cuatro niños saludables, la familia tuvo nueves años felices hasta perder a su esposo en una cacería, con la idea de honrar a su esposo en respetuoso luto, Juana toma a sus hijos y empiezan a cambiar valiosas propiedades, conociendo la piedad del Señor en el camino y contemplando la oración gracias a la guía de San Francisco, del cual tomaría también el ejemplo para iniciar un ambicioso proyecto.
El proyecto sagrado
Para la servidora del Señor, una fundación dedicada a servirle a los que en su momento no podían ingresar en otras casas religiosas era una idea brillante, sufriendo rechazos y altibajos, logro cumplir con su cometido en el año 1.610, superando enfermedades y crisis que inspirarían a cientos de humildes servidores. Finalmente, la santa parte a su encuentro con el Señor en el año 1.641, siendo canonizada por Clemente XIII en el año 1.767.