Hoy se conmemora la obra de San Cayetano de Thiene, entregado presbítero ante toda obra de caridad que le diera abasto, ya que su amor por los necesitados era inmenso, dedicándose principalmente a las personas sin curación. En su oficio difundió el buen obrar del Señor con el objetivo de aumentar las fundaciones de laicos, pensando en la renovación para su iglesia e instando a los seguidores de su ejemplo a vivir con humildad.
Nacido en el año 1.480, en Italia, perdió a su padre a temprana edad, ya que este era un noble que entrego el máximo servicio durante la guerra, el joven aprendió los mejores valores de su madre, ganando cierta popularidad ante la bondad que exhibía. Con estudios en la Universidad, Cayetano tomaba el tiempo necesario para contribuir en numerosos actos de devoción, santificando su espíritu y siendo bendecido por el Señor para agregar a su aprendizaje la teología.
El servicio caritativo de San Cayetano de Thiene
En el año 1.506, el santo realiza un viaje en peregrinación hacia Roma, su objetivo era simple, cumplir la voluntad que el Señor le había ordenado, estudiando arduamente durante tres años para obtener el título de sacerdote, fundando en el camino una pequeña compañía dedicada al cuidado del pobre y los necesitados, incluyendo laicos de menos fortunas.
Los resultados de una nueva orden
La compañía del sacerdote recibió críticas y disgustos por parte de algunos, sin embargo, el padre acumularía también el apoyo de muchos para servir a los enfermos, formando en el proceso una orden de clérigos inspirados en las enseñanzas de los apóstoles. Finalmente, tras supervisar algunas fundaciones, Cayetano se encuentra con el Señor en el año 1.547, siendo canonizado por Clemente X en el año 1.671 tras reconocerse los milagros del santo.
