Este 27 de julio se celebra la obra del beato Guillermo Davies, gran servidor presbítero del Señor quien se entregaría de forma máxima como mártir ante la fuerte época de persecuciones contra la iglesia. Nacido en el norte de Gales, en Reino Unido, recibió una formación académica en Reims, alrededor del año 1.582, conociendo al Señor y optando por convertirse en un fiel de la iglesia cristiana.
Pronto logra obtener su ordenación en el año 1.585 y retornando a Gales, se esforzó con gran pasión en su labor religiosa hasta ser perseguido y capturado en el puerto Holyhead de la misma ciudad con cuatro jóvenes que pretendía ayudar al enviarles al colegio de Valladolid. La forma en que Guillermo Davies fue trasladado refleja las grandes injusticias en el trato de los religiosos, donde fue puesto bajo vigilancia en una prisión desgastada en los alrededores del castillo de Beaumaris.
El encarcelamiento del Beato Guillermo Davies
La temporada en prisión fue de grandes demostraciones de fe por parte del beato, siendo separado de sus compañeros y estando en pleno aislamiento. Pero el tiempo le favorecería al resguardarse en la oración, mostrando humildad y gracia que conmovería al guardia, quien le permitía posteriormente reunirse con sus compañeros una hora al día e incluso su fama de santidad lo haría popular y buscado por devotos fieles de distantes tierras.
Las anécdotas de su legado
Siendo transferido en varias ocasiones por su fuerte devoción, finalmente el beato fue condenado a la horca en el año 1.593, dando sus últimas palabras en nombre del Señor y siendo salvadas sus ropas por los fieles compañeros del humilde servidor. Con el paso del tiempo estos compañeros lograrían escapar de prisión y contar la historia de su milagrosa resistencia, lo que lo haría canonizado en el año 1.987 por Juan Pablo II.