Hoy se celebra la obra de la beata María Inés Teresa, fundadora de dos congregaciones que contribuirían para el beneficio de la iglesia en México. Nacida en el año 1.904, en Nayarit, México y siendo la quinta integrante en una familia con ocho hijos, fue instruida en valores bajo la educación básica que le daba su madre, observando su prudencia e inteligencia.
El padre de la beata también le enseñaría la gracia de visitar la iglesia, quien a pesar de tener numerosos puestos públicos no dejaba de lado la oportunidad para asistir a la casa del Señor. Como muchos jóvenes, María Inés asistía a fiestas y toda clase de diversiones inocentes, sintiendo con los años que todo lo que el mundo le ofrecía no era suficiente, hasta descubrir en su corazón la verdadera vocación al leer sobre santa Teresita.
El comienzo religioso de la Beata María Inés Teresa
Surgiendo en la joven todo tipo de emociones gratificantes, no perdió la oportunidad para iniciarse en el servicio al Señor, todo lo que deseaba era amar, compartir y entregarse por completo a su santidad, incluso al sufrir un grave caso de apendicitis, la beata ofreció su dolor a Cristo. Finalmente, en el año 1.926, nuestra beata se consagra por primera vez, empezando a reconocer el significado de la oración y encomendándose a través de la misma, ingresando a una orden en el año 1.929.
Las fundaciones y el progreso beatificado
Consagrada en el año 1.933 y con el deseo de servir, la beata comenzó una fundación, consiguiendo con gran esfuerzo y trabajos variados el sustento necesario, logrando en Cuernavaca y con apoyo de sus allegados el lugar para celebrar al Señor. Finalmente, la beata partió en el año 1.981 y fue reconocida tras su maravillosa obra en el año 2.012 por Benedicto XVI