Hoy se conmemora la obra de Santa Isabel de Portugal, santa reina de Portugal, cuyos esfuerzos la llevaron hasta el desvelo constante para lograr que los reyes que poseían diferencias lograran un acuerdo y buscaran la iluminación, ejerció además como contribuyente en los actos de caridad para atender a los desdichados. Ante la pérdida de su esposo, el rey Dionisio, consiguió consuelo en la religión, fundando un monasterio para monjas de la Tercera Orden.
Nacida en el año 1.271, en Portugal, recibió el nombre de Isabel en honor a su tía, Santa Isabel de Hungría, siendo desde su llegada al mundo un símbolo de paz al lograr que algunos parientes en conflicto dialogaran nuevamente, durante su infancia mostro siempre una alegre y cautivadora personalidad mientras imitaba todo acto que representara una virtud desde la oración, la mortificación y su resistencia para alejarse del pecado.
El excelso reinado de Santa Isabel de Portugal
Mostrándose dispuesta a intervenir por el desamparado, la reina Isabel se encargaba personalmente de asistirles, brindando apoyo a las doncellas sin bienes y fundando instituciones que se enfocaran en la caridad continua, construyo una casa para mujeres que buscaban la redención además de un centro para hospedar niños pobres. La labor caritativa no le distraía del deber como reina, atendiendo con amor y cuidado al rey Dionisio.
La visión hacia la paz
Cayendo el rey en una terrible enfermedad y partiendo arrepentido de algunos actos poco dignos, la reina Isabel decidió retirarse para vivir en el convento que había fundado, consiguiendo paz en la oración, dedico sus últimos años de vida a manejar conflictos de reyes y partiendo en el año 1.336, siendo convertida en la patrona contra las guerras y conflictos, fue canonizada en el año 1.626 por Urbano VIII.