Hoy se celebra la vida de San Juan Southworth, dedicado presbítero que pago un alto precio al cumplir su labor sacerdotal en el Reino Unido, resistiendo crueldad en las cárceles y siendo desterrado posteriormente para convertirse en mártir. Nacido en el año 1.592, su familia pertenecía a un clan aun mayor, una familia del Lancashire, la cual se mantuvo fiel a la fe e iglesia católica a pesar de vivir la época en la que el catolicismo era prohibido y castigado.
Pronto se notarían las consecuencias para la familia, con algunos miembros sufriendo persecuciones o quedando arruinados tras pagar costosas multas. Juan, gozando de juventud fue enviado a estudiar en el Colegio de Douai en el año 1.613, convirtiéndose en sacerdote cinco años más tarde. Ante el joven numerosas pruebas surgirían para mostrar su devoción, siendo enviado a Inglaterra en el año 1.619.
El encarcelamiento de San Juan Southworth
En el año 1.624, San Juan se encontraba realizando confesiones para las hermanas benedictinas en Bruselas y al poco tiempo volvió a su tierra natal para ejercer el sacerdocio en su ministerio hasta el año 1.627, cuando es detenido por ser sacerdote católico, siendo condenado a muerte, pero el Señor intervendría y retrasarían su ejecución dando al santo la oportunidad de absolver a San Edmund Arrowsmith, mártir.
La libertad y posterior condena del santo
Para San Juan Southworth, el amor del Señor le sonreía, ya que luego de tres años encarcelado, lo llevan a Londres para otorgarle libertad, sin embargo, el santo rechaza la oferta, siendo encarcelado nuevamente, pero con la posibilidad de ayudar a los enfermos durante una fuerte epidemia, en la que le acusaron por su fe católica. Martirizado en el año 1.654, su obra fue canonizada por Pablo VI en el año 1.970.
