Hoy se celebra la obra de San Germán de París, reconocido sacerdote que se encomendó a la obra del Señor al tiempo que cuidaba de los enfermos. Nacido en el año 496, en la Borgoña de Autun, comuna francesa de París, San Germán no tuvo mucha suerte en sus primeros años de vida, sufriendo el rechazo de sus allegados donde incluso su madre había intentado abortarlo y sumado a este acontecimiento su tía intentaría envenenarlo.
El pequeño Germán recibió el amor y cuidados ausentes en sus primeros años de vida por parte de su pariente en Lazy, en aquel lugar viviría durante quince años y recibiría la formación adecuada para entender la piedad, el buen trato a los demás y comenzaría a mostrar cualidades por encima del promedio.
El camino religioso de San Germán de París
La devoción del santo fue reconocida por el obispo Agripin, quien logró convencer a Germán tras sentirse inadecuado para tal honor. El trabajo humilde y noble consiguió que fuera reconocido también por el sucesor de Agripin, nombrando al santo abad en el monasterio de San Sinforiano. La obra de San Germán como abad sería un ejemplo a seguir con una sobrenatural dedicación a la oración, la caridad y la disciplina.
Los numerosos milagros y reconocimientos del santo
La constante disciplina del santo lo haría reconocido por el Señor otorgándole numerosos milagros entre los que destaca la capacidad del mismo para tener siempre alimento para los pobres que entraban a la iglesia, en una ocasión se cuenta como un obispo por celos manda a encarcelarlo y las puertas del lugar no se cierran, ganándose la admiración del obispo. El santo falleció en el año 576 y su obra fue canonizada por Esteban segundo en el año 754.