Hoy se conmemoran las obras de San Juan de Beverley, santidad nacida alrededor del siglo VII en Harpham, Reino Unido. Su legado es venerado en las iglesias católicas y bajo la comunión anglicana siendo perteneciente a la Orden de San Benito. Su formación académica se daría en la ciudad de Canterbury acompañado de San Adrián antes de su conversión a monje.
Esforzándose para convertirse en el obispo de Hexham en el año 687 su dedicación le concedería el título de arzobispo de la diócesis de York para el año 705 reemplazando según el monje benedictino San Beda El venerable, a Bosa de York haciendo un esfuerzo para unificar la oración junto al trabajo pastoral en completa soledad. Tras su gobierno el santo se retiraría renunciando a su cargo para vivir sus últimos años de vida en el monasterio que ayudaría a fundar.
La acción precursora en el obrar de San Juan de Beverley
La obra del santo destacaría al convertirse en el precursor del Benedicto Pedro Ponce de León, siendo este el inventor para trabajar en la comunicación de sordomudos al poseer conocimientos en letras divinas y humanas tras realizar los estudios en el monasterio de Whitby, bajo el gobierno de Santa Hilda, la monja princesa. Se dice que San Juan logro instruir y curar de forma milagrosa a un niño sordomudo.
El culto y reconocimiento sagrado
Realizando la fundación de la Abadía de Beverley, falleció seis años más tarde el 7 de mayo del año 721 en Beverley, su trabajo precursor le concedería el reconocimiento canónico por el Papa Benedicto IX en el año 1.037. El 25 de octubre se reconocen sus reliquias, siendo atribuidas a la victoria del rey Enrique V de Inglaterra, quien triunfaría en el campo de batalla en esta santa fecha.
