Este 17 de abril se conmemora el día de San Aniceto, un papa y santo nacido en el año 98 en Siria. Se trata de un santo ampliamente devoto, especialmente durante sus primeros años de vida, lo cual quedó muy bien reflejado gracias a la gran reputación que mantuvo en la Iglesia a mediados del siglo II.
Luchó incansablemente contra la herejía y es considerado como uno de los presbíteros más sabios que ha tenido la Iglesia Romana. Fue coronado como sucesor del papa Pío I, ocupando la silla de Pedro en el año 155, por un período de diez años.
Los aportes de San Aniceto
Entre los más destacados aportes del período en el cual San Aniceto ejerció como papa, se encuentra la prohibición del cabello largo para los clérigos, así como estipular la exigencia obligatoria de tonsura clerical o corona para todos.
Así mismo, San Aniceto es el responsable de que la celebración de la Pascua se haga de manera definitivamente los domingos, lo que va en concordancia con la tradición dada por San Pedro.
Por otra parte, se encargó de que San Justino fundara en Roma una escuela encargada de dar lecciones de religión a todos los que voluntariamente desearan ser instruidos.
Beatificación
La beatificación de San Aniceto vino de la mano del papa Juan Pablo II, en el año 1990, específicamente el 29 de abril. Mientras que su canonización se realizó por el mismo el 21 de noviembre de 1999. Ésta se hizo en compañía del padre pasionista Inocencio de la Inmaculada, así como también sus otros ocho compañeros.
De acuerdo a los biógrafos del papa San Aniceto, éste estuvo rodeado de múltiples testigos oculares que dieron fiel testimonio de los múltiples milagros con los que obró a lo largo de su vida como fiel devoto de Nuestro Señor.
