Hoy se celebra a San Francisco de Paula, ermitaño, fundador de la orden de los Mínimos en Calabria. Nació en Italia, en el año 1416. Cuando tenía pocos años se enfermó gravemente de los ojos. Decide encomendarse junto a sus padres a San Francisco de Asís y este santo le otorga la curación por parte de Dios. Inspirado por este acto, se inspira para convertirse en ermitaño, dedicado a rezar y hacer penitencia.
San Francisco de Paula recorre durante cinco años su camino de penitencia, rezando, meditando y alimentándose de yerbas silvestres, durmiendo en el suelo y usando piedras como almohadas. Pronto un puñado de hombres empiezan a seguir su ejemplo, causando que este decida fundar casas para sus religiosos con una ley establecida bajo su orden que decía: “Cuaresma perpetua”. Este lema invitaba a seguir sus costumbres para fortalecer la voluntad.
La comunidad de San Francisco de Paula
Son miles de hombres los que deciden abandonar una vida pecaminosa en el mundo, e irse a la orden armada por San Francisco de Paula. Inspirado por el nombre que San Francisco de Asís le puso a sus religiosos “hermanos menores”, San Francisco de Paula nombra a su comunidad “hermanos mínimos”. El Divino Espíritu le otorga el don para hacer milagros, como hacer curaciones y el profetizar.
El ejemplo a seguir de su obra
San Francisco de Paula fue reconocido por el Papa VI en 1977. Considerado como modelo a seguir para los gobernantes que abusaban del poder y gastaban en adquirir lujos y realizar gastos inútiles. San Francisco logró convertir a Luis XI antes de fallecer. En agradecimiento este lo nombro director espiritual de su hijo. Murió el 2 de abril de 1507. Fue canonizado en el año 1519 por el Sumo Pontífice León X.
