San Braulio de Zaragoza fue un obispo español del siglo VII que es venerado como santo por la Iglesia Católica.
Familia devota
San Braulio nació hacia el año 590 en una familia hispanorromana, aunque su lugar de nacimiento todavía se desconoce. Su padre, Gregorio, era el Obispo de Osma y su madre era una mujer perteneciente a una familia noble.
De manera que fue criado bajo la luz del cristianismo, y tanto él como sus hermanos fueron devotos a Dios. De hecho, varios de sus familiares ocuparon cargos eclesiásticos.
Debido a que en ese siglo todavía no existían las escuelas, su padre se encargó de formarlo y darle la educación que requería durante su niñez, mientras que en la adolescencia estuvo bajo un régimen de educación episcopal.
Aprendió acerca de la Biblia, latín y aritmética, y a los 35 años después de haber pasado un breve tiempo en Sevilla, parte hacia Zaragoza.
Su hermano Juan recién había sido apuntado obispo, por lo que San Braulio fue nombrado arcediano del mismo a su llegada.
Servicio a Dios
Luego de la muerte de su hermano, las autoridades eclesiásticas escogieron a San Braulio como su sucesor, de manera que fue nombrado Obispo de Zaragoza.
Se caracterizó por ser un hombre muy elocuente en sus predicaciones de la Palabra de Dios, y además estaba muy preocupado por el hecho de que el pueblo debía instruirse en el cristianismo.
Entre sus obras destaca el hecho de haber sido designado como el encargado de las relaciones episcopales con Roma y haber escrito 44 cartas, conocidas como su Epistolario, lleno de una riqueza cultural y religiosa de su tiempo.
Estuvo a cargo del obispado de Zaragoza por 20 años, hasta la fecha de su muerte, que ocurrió hacia el año 651 y fue sucedido por Tajón. Su festividad se conmemora cada 26 de marzo.
