San Gaspar del Búfalo fue un sacerdote italiano conocido por haber fundado la Orden de los Misioneros de la Preciosísima Sangre.
Un hombre religioso
San Gaspar del Búfalo nació el 6 de enero de 1786 en Roma, en una familia cristiana. Su padre trabajaba como cocinero del palacio, mientras que su madre se dedicaba a cuidar de San Gaspar y su hermano.
Cuando San Gaspar era muy pequeño contrajo una enfermedad muy grave, pero fue sanado gracias a su fe. De manera que decide perseguir una vida religiosa, y por eso se ordena como sacerdote en el año 1808.
Se dedicó a trabajar en su ministerio con otro Padre con quien fundó una obra. Pero, con la invasión de las tropas napoleónicas, los religiosos fueron desterrados porque quisieron permanecer fieles al Papa y no al militar francés.
De manera que se fue a Placenza como exiliado, pero luego fue puesto preso, hasta el año 1814 que fue cuando cayó Napoleón.
Regresó a su ciudad, donde observó que tenía un gran trabajo que hacer con la población, porque habían pasado muchos años sin guías religiosos.
Pasión por las misiones
Se dedicó completamente a educar a la juventud en la piedad cristiana, así como a las confesiones y predicaciones. Al ver que hacían falta tantos misioneros, decide fundar la Orden que se le atribuye.
El Papa lo ayudó en esta labor, así como también contaba con varios co-fundadores religiosos muy dedicados y célebres.
Fue un hombre dedicado a su trabajo misionero, cuyo propósito era fundar la mayor cantidad de casas en los lugares donde estaba la población más vulnerable. Trabajaban predicando en todos lados, logrando una multitud de conversiones y siempre sirviendo al prójimo.
Murió el 28 de diciembre de 1837 en Roma, luego de haber padecido de su salud por una enfermedad que lo aquejaba.
San Gaspar fue beatificado por el Papa Pío X en 1904, y posteriormente canonizado por el Papa Pío XII el 12 de junio de 1954.