Santa Margarita de Hungría fue una religiosa dominica, hija de los reyes de Hungría, que fue consagrada a Dios desde muy joven y es venerada como santa por la Iglesia Católica.
Joven consagrada
En el año 1241, Hungría se vio invadida por los ejércitos mongoles, de manera que los reyes Béla IV de Hungría y María Laskarina, que estaba embarazada, prometieron a Dios que si tenían una niña, sería consagrada en un convento si los liberaba de la terrible amenaza que se cernía sobre ellos.
De manera que nació Santa Margarita el 27 de enero de 1242, y al poco tiempo todos los invasores mongoles abandonaron los territorios húngaros.
Los reyes cumplieron entonces su promesa y llevaron a Santa Margarita cuando tenía cuatro años al monasterio dominico de Veszprém.
Allí fue criada por las monjas, y su madre y hermano la visitaban frecuentemente. En el año 1254, Santa Margarita hace profesión solemne.
Desde pequeña le gustaba permanecer en la capilla y el rezo se convirtió en su juego, ya que rara vez estaba con los otros niños.
Vida monasterial
Como los reyes vieron que su hija era muy feliz en ese lugar, mandaron a edificar un monasterio en una isla en el Danubio.
Santa Margarita se trasladó a este nuevo convento junto a otras religiosas, y ese día se ordenaron unas 100 jóvenes nobles de todo el reino húngaro.
Fue una monja que siempre estuvo al servicio de los más necesitados, vendía sus ropas exquisitas y con ese dinero ayudaba a los pobres.
También le pedía a su padre el rey que favoreciese a las iglesias, así como también que hiciera limosnas a los pobres y amparara a las viudas y huérfanos.
Santa Margarita hizo su vida en el monasterio y murió el 18 de enero de 1271 en ese lugar. Fue canonizada el 19 de noviembre de 1943 por el Papa Pío XII.
