Santa Bibiana fue una virgen romana que murió martirizada por causa de su fe.
Una familia cristiana
La información histórica con relación a Santa Bibiana es muy escasa, y se basa en lo narrado en un escrito que no es anterior al siglo VII.
Se cree que Bibiana nació entre los años 347 y 352 en Roma, en una familia ilustre romana de fe cristiana durante el mandato de Juliano el Apóstata, que era el emperador.
Sus padres, Flaviano di Montefiascone y Dafrosa de Roma fueron ejecutados por órdenes del gobernador Aproniano, por ser ambos fieles cristianos y no querer desviarse a las costumbres paganas.
Luego de la muerte de sus padres, Bibiana y su hermana Demetria fueron privadas de alimento ya que Aproniano quería que ambas se desviaran a la apostasía.
Demetria murió, pero Bibiana sobrevivió y se enfrentó al gobernador. Posteriormente, fue confiada a una alcahueta llamada Rufina.
Bibiana logró mantenerse fiel a sus creencias, y decidió no sucumbir ante las tentaciones de la vida mundana, ya que hizo una entrega colmada y definitiva de su vida a Dios.
El martirio
Finalmente, el gobernador al ver que Bibiana no abandonaría sus creencias, ordenó que la ataran a una columna y fuera flagelada. Murió martirizada entre el año 361 y 363 en Roma.
Su cuerpo fue arrojado a los perros, pero no lo tocaron, y finalmente fue enterrada junto a su hermana y sus padres.
Después de su muerte, el Papa Simplicio le dedicó una basílica que fue construida en el solar donde estaba su casa paterna.
La Iglesia de Santa Bibiana de Roma fue consagrada en el año 467, y posteriormente fue restaurada por el Papa Honorio en el año 1224.
Santa Bibiana es considerada la patrona de los epilépticos y bebedores, y muchos también la invocan cuando se trata de convulsiones y de dolores de cabeza.
