Santa Cecilia de Roma fue una mujer noble romana que se convirtió al cristianismo y fue martirizada por causa de su fe.
Joven consagrada
Cecilia fue una joven que nació en una familia senatorial romana de los Metelos, y se convirtió al cristianismo desde su infancia, por lo que siempre demostró su generosidad a los pobres y acudía con frecuencia a la iglesia.
Sus padres arreglaron un matrimonio para ella con un joven pagano llamado Valerius. En el día de la celebración de la boda, Cecilia cantaba para el Señor mientras tocaban el órgano, y por esto se le atribuye su patronazgo sobre la música sacra.
En la noche de bodas, Cecilia le dijo a su esposo que le había entregado su virginidad a Dios y que no podía tocarla, porque un Ángel del Señor se enfurecería.
Su esposo le pidió ver al ángel y ella le dijo que eso sucedería cuando él se bautizara. Valerius así lo hizo, y cuando llegó a su hogar se le apareció un ángel a los dos, coronándolos como esposos.
Martirio
Valerius y su hermano Tiburcio fueron condenados a muerte por causa de su fe, y posteriormente Cecilia también fue condenada a morir por su fe.
No hay una fecha exacta con relación a la martirización de estos tres santos, pero se cree que pudo ocurrir entre los años 180 a 350.
Santa Cecilia de Roma fue canonizada por el Papa Gregorio XIII en 1594, y le atribuyó el haber convertido su nombre en un símbolo de música por su atracción irresistible hacia los instrumentos.
De manera que el día de su festividad, que es el 22 de noviembre, fue adoptado también como el Día de la Música, y ella es conocida como la Patrona de los Músicos. Su día se ha celebrado con festivales musicales desde el siglo XVII en Italia, Alemania y Francia, y en Londres se realiza un festival anual en su nombre desde 1683.
