Santa Catalina de Alejandría fue una mujer cristiana que vivió en el siglo IV y fue martirizada por su fe. Su nombre está incluido entre los santos auxiliadores.
Una mujer inteligente
No hay una certeza histórica con respecto a su fecha y lugar de nacimiento, pero de acuerdo a los registros históricos, Catalina nació en el año 290 en una familia noble de Alejandría, Egipto.
Era una joven dotada con una gran belleza y muy inteligente, por lo que destacó en sus estudios y en su búsqueda incansable de la verdad, ahondando en el conocimiento filosófico, de manera que se ubicó al mismo nivel que los grandes pensadores de su época.
Se bautizó luego de que tuviera una aparición de Cristo y decidiera consagrarse a Él, por lo que su convicción cristiana aumentó.
Morir por la fe
El emperador Majencio acudió a Alejandría para celebrar una fiesta pagana y ordenó que todos hicieran sacrificios para los dioses.
Pero Catalina se negó, y confrontó al emperador para que conociera al verdadero Dios, invitándolo a participar en un debate.
En el debate filosófico, Catalina habló con su dialecto bizantino y logró que los sabios se convirtieran al cristianismo, pero el emperador se enfureció y los hizo ejecutar.
Condenó a Catalina a ser azotada y luego a ser enviada a prisión, y posteriormente fue torturada y murió por su fe.
La veneración de Santa Catalina de Alejandría se expandió a partir del siglo VI y fue muy difundida en toda Europa, por lo que hay muchas iglesias que tienen cuadros o imágenes de la santa.
Es considerada como la patrona de los estudiantes y escolares, y de las jóvenes casaderas. También es venerada en algunos países de latinoamérica, y es común que durante su festividad se prepare un dulce a base de melaza que se llama «Las ruedas de Santa Catalina».
