San Ernesto de Zwiefalten fue un abad que participó en la Segunda Cruzada y murió siendo mártir, por eso es venerado por la Iglesia Católica y su festividad se celebra el 7 de noviembre.
Un guía espiritual
Ernesto nació en Steiblingen y aunque no se sabe la fecha exacta de su nacimiento se sabe que vivió en la época de la primera cruzada que fue en el año 1099, aunque muchos historiadores creen que nació antes del año 1119.
En el año 1140 era abad de la abadía benedictina de Zwiefalten que fue fundada en 1089 y estaba ubicada al lado del Lago Constanza, donde dirigía de manera espiritual y humana a los monjes que se encontraban en ese lugar.
En 1144 luego de la caída de Edesa, los musulmanes querían recuperar lo que les habían arrebatado y esto dio lugar a la segunda cruzada que inició en el año 1147 hasta 1149.
Luchar por Cristo
Ernesto decidió renunciar a la abadía y se unió al ejército alemán para luchar en la Segunda Cruzada que estaba dirigida por el emperador Conrado III.
Se despidió de los hermanos laicos y monjes de la abadía, y fue cuando pronunció sus palabras de que probablemente no los volvería a ver, y que la muerte le importaba poco porque le permitía sufrir por amor a Cristo. Ernesto no sabía que sus palabras se cumplirían.
De acuerdo a la historia se sabe que la Segunda Cruzada fue un desatino, ya que partieron unos doscientos mil hombres y mujeres aproximadamente, y solo regresaron unos miles.
No se sabe exactamente como murió, pero se cree que fue secuestrado por los musulmanes antes de llegar a Jerusalén y fue llevado a La Meca.
Como no quiso convertirse al Islam, fue entonces torturado y muerto mártir aproximadamente en noviembre del año 1148. Su nombre se encuentra en el martirologio romano.