San Gregorio Grassi (o San Gregorio Maria Grassi) fue un santo, clérigo, misionero, obispo y mártir italiano nacido el 13 de Diciembre de 1833. Nació en Piamonte, Italia, más específicamente en una comunidad conocida como Castellazzo Bormida. Fue el tercero de una familia de prole numerosa (cerca de 9 en total). Sus padres fueron Juan Bautista y Paola Mocagatta. Sería esta última quien se encargaría de bautizarlo con el nombre de Pierluigi. Devota desde siempre, entregó a su hijo bajo los cuidados de la Virgen María para que siempre velara por él.
Se dice que San Gregorio Grassi se ordena bajo el hábito franciscano a la edad de 15 años. Lo hace en un convento para novicio localizado en Forli. En este, cambia su nombre a Gregorio, y por el cual sería recordado en las eras sucesivas. En primer lugar, pediría trabajar como misionero. Entre diferentes destinos, se lo ordena ir a China a colaborar a convertir los paganos en cristianos. Esto sucede en 1860.
Viaja a través de Asia y diferentes destinos importantes para arribar, finalmente, en Taiyuanfu. En esta ciudad, Gregorio Grassi obtendría el título de obispo. San Gregorio haría una importante labor convirtiendo a numerosos chinos al cristianismo, al igual que colaborando en la construcción de numerosas iglesias en territorio chino. Fue considerado, mucho antes de su canonización, como Santo.
Las cosas, sin embargo, no pudieron tomar un matiz más oscuro.
En aquellos días, los boxers, un grupo político-religioso de la región, atacaban a todo cuanto cristiano o extranjero estuviera en su camino. Orientados por un afán xenófobo, dieron caza a muchos cristianos y fieles. En 1900, junto a muchos de sus seguidores, San Gregorio Grassi es ejecutado y colocado su cuerpo en una fosa común. Su martirio sería recordad largamente, siendo canonizado, casi un siglo después, por Juan Pablo II.
Muere un 9 de Julio de 1900.