San León III fue un Papa que vivió en el contexto de muchas polémicas políticas y sociales de su tiempo. Nació en algún punto desconocido del año 750 de nuestra era. No se sabe mucho de cuál fue su nombre real. Se sabe que fue elegido como el Papa n° 96, y que escogió el nombre papal de León III.
Todo esto ocurrió en el año 796, en el contexto de mucha controversia. Muy a distinción de Papas anteriores, León III nunca contó con el apoyo de la nobleza romana. Ya a sus 35 años, tuvo algunos enemigos que buscaron las mil y un maneras de mal ponerlo y deponerlo de su puesto.
Se sabe que tenía buenas relaciones con Carlomagno, a quien, poco después de su nombramiento, se encargó de comunicarle esta importante noticia. San León III se tomó a la tarea de nombrar al rey susodicho como protector de Roma y de la Santa Sede, entregándole la bandera de Roma y las llaves de la tumba de San Pedro.
Como anteriormente se dijo, San León III, muy posiblemente debido a sus orígenes humildes, nunca tuvo una buena relación con la nobleza romana. Esto, por supuesto, dio pie a que en el año 796 se sucediese un atentado que dejase muy malherido al Papa. Este, en el marco de la conspiración, es depuesto y enviado a otro lugar “para su recuperación”. Afortunadamente, León logra escapar y reunirse con Carlomagno.
Con el apoyo del rey, regresa a Roma a fin de que se celebren juicios. En estos, el rey escucharía la palabra de opositores y del Papa, y el 23 de Diciembre de 800, se declara inocente a León de las acusaciones dadas por los opositores. León nombra, entonces, a Carlomagno como Emperador.
El Papa moriría 12 de Junio de 816, siendo esta la fecha de su celebración anual.