Santa Lucia Filippini. Fue una religiosa italiana nacida en Tarquinia, provincia de Lacio, en el año 1672, quien destacó, además que, por su entrega cristiana y su inquebrantable fe, por su tesón y absoluta dedicación en la enseñanza, siendo partícipe activa en la fundación del Instituto Maestre Pie. Es la santa que conmemoramos el 25 de marzo.
Habiendo quedado huérfana muy joven, el espíritu de entrega y dedicación pastoral de Santa Lucia Filippini, se mantuvieron incólumes, por lo que dedicó su vida al trabajo y enseñanza de mujeres jóvenes y niñas, especialmente aquellas de escasos recursos. Fue discípula del venerable Cardenal Marcantonio Barbarigo, con quien emprendió invaluables tareas en la formación de docentes y en propiciar la consolidación de escuelas de corte religioso cristiano, destinados a la educación de niños y jóvenes.
Santa Lucia Filippini, destacó de tal modo por su dedicación absoluta a los asuntos religiosos y temas espirituales, enfocados en la fe cristiana que, en 1707 y por petición directa y expresa del Papa Clemente XI, viajó a Roma con la intención de fundar la escuela “Maestre Pie” siendo célebre esta santa, no tan solo por su dedicación al trabajo sino también por sus virtudes cristianas de caridad y convencimiento en el valor que ha de otorgarse a los asuntos espirituales.
Su sentido práctico y facilidad decisoria, le hicieron ganarse el respeto de todos quienes decisoria su entrega en las obras emprendidas. Su dedicación le hizo ganar el reconocimiento de Maestra Santa. Su versatilidad en la oratoria y facilidad de expresión, la hicieron célebre, tanto como su dedicación al trabajo.
La excesiva pertinacia y entrega sin descanso de Santa Lucía Filippini, le hicieron caer gravemente enferma, sin lograr recuperarse. Su muerte, fue predicha por ella y le llegó cristianamente y en santa paz, en Montefiascone, cerca de Roma, el 25 de marzo de 1732. Fue canonizada el 22 de junio de 1930, por el Papa Pio XI.