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Evangelio del día 04-03-2019, el Evangelio de hoy

EVANGELIO DEL LUNES, 4 DE MARZO DE 2019:

Conoce el evangelio del día, evangelio de hoy 4 de Marzo del 2019: Primera lectura, el salmo y el evangelio o palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DEL ECLESIÁSTICO 17, 20-28

Sus injusticias no están ocultas para el Señor y todos sus pecados están delante de él.

[Pero el Señor es bondadoso y conoce a su criatura; no las deja ni abandona, sino que las perdona.]

La limosna de un hombre es para él como un sello, y tiene en cuenta un favor como la pupila de sus ojos.

Después, él se levantará para retribuirles y pondrá sobre sus cabezas la recompensa merecida.

A los que se arrepienten, les permite volver y reconforta a los que perdieron la constancia.

Vuelve al Señor y deja de pecar, suplica ante su rostro y deja de ofenderlo.

Vuelve al Altísimo, apártate de la injusticia y odia profundamente toda abominación.

¿Quién alabará al Altísimo en el Abismo, si los vivientes no le rinden homenaje?

El muerto, el que ya no existe, deja de alabarlo: el que está vivo y sano debe alabar al Señor.

SALMO

SALMO 31

Yo me refugio en ti, Señor,

¡que nunca me vea defraudado!

Líbrame, por tu justicia

inclina tu oído hacia mí

y ven pronto a socorrerme.

Sé para mí una roca protectora,

un baluarte donde me encuentre a salvo,

porque tú eres mi Roca y mi baluarte:

por tu Nombre, guíame y condúceme.

Sácame de la red que me han tendido,

porque tú eres mi refugio.

Yo pongo mi vida en tus manos:

tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.

Yo detesto a los que veneran ídolos vanos

y confío en el Señor.

¡Tu amor será mi gozo y mi alegría!

Cuando tú viste mi aflicción

y supiste que mi vida peligraba,

no me entregaste al poder del enemigo,

me pusiste en un lugar espacioso.

Ten piedad de mí, Señor,

porque estoy angustiado:

mis ojos, mi garganta y mis entrañas

están extenuados de dolor.

Mi vida se consume de tristeza,

mis años, entre gemidos;

mis fuerzas decaen por la aflicción

y muy huesos están extenuados.

Soy la burla de todos mis enemigos

y la irrisión de mis propios vecinos;

para mis amigos soy motivo de espanto,

los que me ven por la calle huyen de mí,

Como un muerto, he caído en el olvido,

me he convertido en una cosa inútil.

Oigo los rumores de la gente

y amenazas por todas partes,

mientras se confabulan contra mí

y traman quitarme la vida.

Pero yo confío en ti, Señor,

y te digo: «Tú eres mi Dios,

mi destino está en tus manos».

Líbrame del poder de mis enemigos

y de aquellos que me persiguen.

Que brille tu rostro sobre tu servidor,

sálvame por tu misericordia;

Señor, que no me avergüence

de haberte invocado.

Que se avergüencen los malvados

y bajen mudos al Abismo;

que enmudezcan los labios mentirosos,

los que profieren insolencias contra el justo

con soberbia y menosprecio.

¡Qué grande es tu bondad, Señor!

Tú la reservas para tus fieles;

y la brindas a los que se refugian en ti,

en la presencia de todos.

Tú los ocultas al amparo de tu rostro

de las intrigas de los hombres;

y los escondes en tu Tienda de campaña,

lejos de las lenguas pendencieras.

¡Bendito sea el Señor!

El me mostró las maravillas de su amor

en el momento del peligro.

En mi turbación llegué a decir:

«He sido arrojado de tu presencia».

Pero tú escuchaste la voz de mi súplica,

cuando yo te invocaba.

Amen al Señor, todos sus fieles,

porque él protege a los que son leales

y castiga con severidad a los soberbios.

Sean fuertes y valerosos,

todos los que esperan en el Señor.

Explicación del salmo 31

EVANGELIO DEL DÍA

SAN MARCOS 10, 17-27

Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?».

Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno.

Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre».

El hombre le respondió: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».

Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme».

El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.

Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!».

Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: «Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios!.

Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios».

Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?».

Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible».

evangelio del día


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