San Pedro Damiani. Fue un obispo de la orden benedictina, confesor y destacado reformador nacido en Rávena, por cuyos aportes fue llevado a la categoría de doctor de la iglesia católica. Es el santo que conmemoramos el 21 de febrero.
San Pedro Damiani, nació en Rávena, al norte de Italia hacia el año 1007. Fue un hombre de temperamento impetuoso, aunque educado, pero duramente en contacto con la miseria. Durante sus primeros de vida fue criado por un hermano que llevaba su mismo nombre, al parecer, fue quien le inculcó disciplina y la educación que lo impulsaron luego a asumir el nombre de Damiani en agradecimiento a su hermano.
San Pedro Damiani, tenía la vocación de un reformador, la cual ejerció, primero contra si mismo y entre los ermitaños de Fontavellano hacia el año 1035, cuando la rigurosidad de su concepción de la fe cristiana, lo llevaría a asumir una vida de anacoreta, retirado y en martirio constante, pero no permaneció mucho tiempo oculto debido a las aflicciones que se auto infringió decayendo físicamente.
Es reconocido San Pedro Damiani por sus aportes en cuanto a la ordenación de la vida monástica, así como su participación en distintos concilios. En 1057, Esteban IX lo nombró cardenal y obispo de Ostia, cargo que recibió, aun en contra de su voluntad, pero que supo llevar con celo y mucha responsabilidad.
De igual modo, San Pedro Damiani, fue uno de los más preciados colaboradores de los Papas del siglo XI, tanto por su palabra como por sus escritos, en su gran campaña de reforma.
Su vida monástica, así como su sacrificio constante, que consideraba como una regla de obediencia la cual siguió internado en cercanías a un convento, eran parte de su vida pues tenía el criterio de que, de ese modo, resguardaría las tentaciones y mantendría su mente centrada en el servicio cristiano y la entrega a Dios que eran su pasión. Con su salud ya debilitada, falleció en Faenza, Italia, el 22 de febrero de 1072. En 1823 el Papa León XII le otorgó el título de doctor de la iglesia.